Alquilar un coche y realizar un apasionante viaje por Croacia no es una buena idea… ¡es una idea magnífica! Teniendo un coche, podrás combinar en un solo viaje tanto el descanso playero, como las aventuras en la montaña, sin olvidar las excursiones por las ciudades centenarias, los almuerzos en los restaurantes locales, los paseos en coche por las carreteras con vistas panorámicas al mar… Viajar por Croacia en coche es una fiesta para el alma.
Si quieres ahorrar en el alquiler, reserva temprano: cuanto mayor es la antelación con la que se reserva, mayor es el surtido y más bajos son los precios.
Examina detenidamente el coche, anota en el diagrama todos los daños existentes.
- Por si acaso echa fotos o graba un video del coche.
- Lee y firma el contrato, paga el resto del importe e ingresa el depósito (si está contemplado).
Normalmente todo esto no lleva más de 15 minutos.
La devolución del coche suele ser aún más rápida. Llega puntualmente con el coche limpio y con el nivel de combustible hasta la medida acordada. Entrega la llave y el agente de alquiler examinará el coche y firmará tu copia del acta de la devolución. Si el depósito se devuelve en efectivo, conserva obligatoriamente todos los documentos hasta recibir el dinero.
El viejo y encantador Zagreb es de visita obligatoria. Es uno de los pocos lugares en el mundo donde paseando al atardecer por las antiguas callejuelas, podrás ver cómo encienden a mano las farolas de la calle.
Teniendo un coche te será cómodo subir a Sljeme, el pico más alto de la sierra de Medvednica, donde podrás disfrutar de unos paisajes increíbles y explorar el castillo de Medvedgrad. La guinda final será la cena en una de las posadas de montaña que rodean el castillo, donde sirven platos caseros croatas.
A una hora de viaje queda la región vinícola de Plešivica donde se puede degustar los famosos vinos tintos. Es mejor que planifiques pasar la noche en un hotel de la zona, ¡porque no podrás quedarte sin degustar!
No dejes de visitar el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Haz un selfie con las cascadas de fondo y pide una rica trucha para la cena en uno de los restaurantes locales.
El parque nacional Krka es uno de los lugares más bellos de la costa: presume de unas aguas cristalinas, las escarpadas laderas de montaña, la famosa cascada Skradinski Buk, una fortaleza medieval y... ¡un restaurante con estrella Michelin!
No te pierdas la increíble Kaštela, la ciudad de siete pueblos. Cada uno tiene su propio castillo fortificado.
Y, por supuesto, la experiencia croata no estaría completa sin un relajante descanso en la playa de Brela (una de las mejores, según Forbes).